Cada año me gusta decorar la casa de Navidad, que se note
que son fiestas, y cuando me toca que vengan todos a casa a comer pienso en
alguna cosa mona para poner de decoración en el plato, herencia de mi madre que
siempre ha decorado las mejores mesas de Navidad que podáis imaginar… Pero a
mí, por mucho que me esfuerce, no me quedan igual. Ella tiene un gusto
exquisito y con poca cosa le luce todo, y a mí, me pasa al revés. Mira que lo
intento, y además me esmero en ser original. Si una bola de navidad para cada
uno con mensaje, si una chocolatina con un adorno navideño, hasta un libro de
deseos que diseñé y que me costó horas hacer
para que luego algunos ni lo leyeran.
Sin embargo, estas cosas las tienes que hacer por ti misma,
y no esperar nada de los demás. Y aunque
progreso adecuadamente, mi madre siempre me supera,
y creo que debe ser así, porque ese don que tiene, y esa alegría e ilusión que nos transmite a mí me
llena, y aunque debo reconocer que me hubiera gustado que me pasara algo más de
su buen hacer, hay cosas que las tienes o no las
tienes, y ese don no me lo ha pasado pero sí el del esfuerzo, y así cada año,
con mi empeño voy superándome. No seré nunca caballo ganador, pero
sí que voy aprendiendo de una madre auténtica que sabe mucho de la decoración
de la casa, y como me dice mi hijo: “Lo importante es el esfuerzo y el cariño
con lo que se hace, aunque no quede tan bien”. Ellos siempre con la verdad por
delante, como debe ser, y lo importante es seguir pensando con ilusión qué hago
este año para no perder el ritmo y mantener al menos mi nivel, que es bajito,
pero allí estamos, porque a la que te dejas ir puedes caer en lo friqui y
cualquier día estamos todos comiendo con las típicas diademas de renos.
Por tanto, serenidad, y a buscar lo bueno, bonito y barato,
sin estresarme, que entonces es cuando todo se desborda y podemos rozar el no
hago nada o el friquismo, que no sé qué es peor. Así que, posición zen y olfato
para que mi mesa entre en el ranking navideño en segundo lugar, por lo menos. Aunque no sea ninguna
competición, es una cosa más a comentar mientras nos ponemos las botas
comiendo.
Gracias por tu comentario Tomás.
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