Se acabaron las vacaciones. Sé que debemos estar felices… tenemos trabajo, además es un trabajo que nos gusta, así que no nos vamos a quejar ahora… pero a mí lo que me da pereza es el volver y saber que no vas a cambiar nada de lo que te has propuesto para este nuevo curso. Llevo años de buenas intenciones, y luego, nunca consigo realizar ni una. En verano tienes tiempo de pensar que no quieres llegar siempre tarde a todos los sitios, así que te organizarás y dirás no. Te planteas que te vas a reservar un espacio para ti, lo necesitas, que este año el gimnasio va a temblar cuando te vea en la puerta, te lo tomarás todo de otra manera y eso sí, la operación biquini la empiezas el 1 de septiembre, y ya verás el verano 2017, será EL VERANO, porque este ya ha pasado.
Así que volver significa intentar no cometer los errores cometidos en el anterior curso y ¿Cómo se hace eso? Pues ni idea, llevo años intentando cambiar y es imposible y eso que en vacaciones cultivo mi lado zen a toda castaña, pero cuando piso de nuevo Barcelona, creo que mi lado zen decide quedarse de vacaciones hasta el siguiente agosto, así que mi otro lado y yo nos lanzamos a la aventura de la vuelta al cole, al trabajo, a los horarios, a la dieta, al estrés. ¿Qué le vamos a hacer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario