Tiempo de hacer la maleta.
¡Nos vamos de vacaciones! Mariposas en el estómago porque siempre me ilusiona
esta semana que todavía no ha empezado. Piensas en todo lo que vas a poder
hacer, en cómo vas a descansar, en las salidas con los amigos, en esas noches
de verano donde no se mira el reloj. Sin embargo, vuelvo a la realidad en el
momento de hacer las maletas, que no entiendo por qué cada año me prometo lo
mismo y no sé cómo hacerlo: "No me voy a llevar nada más que lo
justo". Pero empiezo a llenarla como si me fuera tres meses a la
Conchinchina, y me voy a un pueblo de la costa a 40 km de Barcelona, que es de
lo más estupendo y hay de todo. Además, por las mañanas voy en biquini y por
las tardes vestida de deporte, por lo tanto, esos vaqueros blancos, el vestido
rosa (que morena queda de lujo), y la camiseta de tirantes negra para una cena
de estas donde quieres estar mona, solo te las puedes poner algún día, y si
cabe, dado que nuestras vacaciones son de playa por la mañana y deporte
saludable por la tarde, o playita de nuevo, antes de caer el sol. Por lo tanto,
¿para qué tanta ropa de vestir? Pues la respuesta es por si acaso. ¿Os suena? Y
las que somos mamás no os cuento cómo va la maleta del niño, porque el por si
acaso con los peques es para todo. Por si llueve, por si se mancha, por si hace
frío, y muchos más que diríamos todas. Por lo tanto vuelvo a tener a mi marido
con cara de perro y diciéndome que para el próximo año alquila una furgoneta
para irnos tres semanas aquí al lado, pero nos vamos con una maleta para cada
uno de la familia y llena hasta los topes. No tengo remedio, a pesar que lo
intento, os doy mi palabra.
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