lunes, 25 de julio de 2016

Necesito vacaciones


En julio parece que las cosas deberían ser más tranquilas. Siempre me pasa igual, hago una lista de “buenos propósitos” para el mes de julio, cosas que no puedo hacer durante el año; ordenar el despacho, hacer limpieza de ropa de los armarios, poner en orden las fotos de todo el año, preparar bien cosas del trabajo que se quedan enterradas por los incendios del día a día… Y nunca, nunca, nunca lo consigo. Lo más triste es que no aprendo y que sigo haciendo las listas interminables pensando que voy a conseguirlo, que llegará un mes de julio que podré hacer todo lo de la lista. Y encima estoy agotada… Ya no puedo más, ya no tengo pilas, y eso que las que llevo son las del maldito conejito Duracel!


Lo peor es que creo que llevo escrito en la cara que ¡NECESITO VACACIONES! Y es que es verdad, la semana pasada la psicóloga cuando abrió la puerta y me vio se me quedó mirando con cara de pena y me dijo esa frase que a mí, no sé a vosotras, me mata; “Uy que mala cara haces, ¿te encuentras bien?”. Pues no, señora, no me encuentro bien, necesito cambiar los tacones por unas hawaianas, el traje por el biquini, aunque me quede como el culo, y tirar el móvil por la ventana como el anuncio de lotería... Y es que julio se acaba, no he hecho nada de lo que me he propuesto y llevo escrito en la frente que ¡Necesito vacaciones!

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