lunes, 18 de julio de 2016

El primer amor de verano



Ha empezado el verano y los niños están felices por tener tiempo libre y poder tener unas largas vacaciones. Los adolescentes tienen las hormonas a mil por hora; los chicos, con tupés y Bermudas, y las chicas, con unos pantalones tan cortos que parecen inexistentes, se pasean ya por los pueblos de la costa en busca de sus espacios, y muchas, de su primer beso. Sé que suena romántico, y ahora los adolescentes van de otro palo, pero yo con mis cuarenta y tantos me acuerdo del primer beso como si hubiera sido ayer. De mi primer amor, intenso, pasional, y del que siempre guardo un recuerdo cariñoso.

El primer amor es especial por muchas cosas, y divertido, porque nada es como esperabas. Ese beso de película cuesta más de lo que parece, y lo que viene después cuesta más, y muchas veces a la primera no sale como lo habías soñado o visto, pero con la práctica todo se aprende y se disfruta más. Hemos de ser realistas; los amores de las películas no existen,  pero tú puedes vivirlo de la mejor manera posible, para que tu amor deje siempre huella. Ahora, el primero es siempre el primero, igual que el elegido. Y ojito con los amores de verano, que también son de los que dejan mella. ¿O no?

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