Lunes de Pascua, en Cataluña hay
la tradición de comer mona. Es una tradición muy bonita pero también muy
jodida. Ya has empezado la dieta, claro está, porqué sino no llegas al verano
decentemente, y te plantan un pastel con una figura de chocolate enorme, este
año triunfan los Minions y Star wars. La tradición es que el padrino le compra
“La Mona” a su ahijada, y claro, cuanto más grande y bonita mejor. Y tú te
encuentras que después de haber desayunado una fruta y un café, y comido un
espárrago y trocito de pescado pesado, sin aceite ni guarnición, te plantan al
Minion de chocolate tamaño XXL delante… y primero, con fuerza de voluntad dices
que no, que no te apetece, porque no tienes ganas de explicarle a tu cuñada,
que tiene un “tipín”, que tú estás a dieta, que quieres perder unos quilitos, y te sale un “aix, ahora no me
apetece nada, gracias”, y todos se van comiendo el Minion, y los comentarios de
“el chocolate está buenísimo”, y “te va a quedar, porque es enorme” y tu
estómago empieza a sonar y te remueves en la silla para que no lo oigan y bebes
agua, que si llegas a los 2 litros premio, y no engorda…y cuando se marchan
todos, te queda la mitad de la Mona encima de la mesa, y no quieres guardarla
porque sabes que vas a caer, que ese trozo de pantalón de Mike que ha quedado
tiene una pinta brutal…y te lo comes. Y entonces empiezas con las excusas, que
total, un trocito, a ver, el espárrago ya lo tienes en los pies, y tantas calorías
no puede tener este trozo de vaquero… pero ya la has cagado, el trozo te abre
el estómago, que estaba ahí, tímido y triste, y ya sabes que no vas a poder
parar… y te comes casi el Minion entero, y con cargo de conciencia te dices:
bueno, mañana martes, empiezo de cero y no la volveré a cagar.
lunes, 28 de marzo de 2016
lunes, 21 de marzo de 2016
Dieta en marzo
No sé si os pasa o no pero a mí
cuando aparece marzo en el calendario me entra un “telele” y la palabra dieta
se me tatúa en la frente. Me pasa como dicen de las embarazadas que cuando
quieres quedarte, ves embarazadas en todas partes. Pues igual, veo tías
con "tipazo" hasta en la sopa. Y sólo de pensar en el biquini… me muero,
sobretodo de vergüenza. Así que empiezo a echar cuentas, y me digo, me pongo a
ello, 3 meses por delante, total, tengo perder unos 6-7 kilos…bueno… los 3 de
las Navidades pasadas, más el medio de Semana Santa del 2015, más los 3 de las
vacaciones anteriores, más… no me salen las cuentas…¡Horror! Llevo 10 quilos de
más….no llegaré al biquini. Si ya lo decía yo el algodón no engaña y el
pantalón tampoco. El otro día vi un vídeo que me encantó, y hablaba de la
actitud, aquí os dejo el enlace.
Pues voy a aplicarlo a raja tabla. Actitud frente al reto de perder 10 quilos
antes del biquini. Allá voy, actitud y bueno también me coseré la boca por si
eso de la actitud no funciona para la dieta.
domingo, 13 de marzo de 2016
El día de la mujer trabajadora es cada día
El pasado martes fue el día
internacional de la Mujer, y la verdad es que hubo hombres en la red que nos
felicitaron. No sé si existe el día internacional del hombre trabajador, pero
lo que pienso es que el de la mujer trabajadora es cada día. Y si hubiéramos
que celebrar algo sería ese día en que la mujer no tenga que hacer nada, hacer
fiesta del trabajo, de la casa, de ser madre y hasta de ser esposa. ¿Sería
posible?
Pienso que si lo que celebramos
es que nos levantamos a las 7 de la mañana, o antes, para hacer desayunos, dejar
la casa con las camas hechas (odio ponerme dentro de una cama sin hacer) y a
toque de silbato despertar a todos los reyes de la casa, y digo a todos, para que pasen a lavarse dientes y cara,
desayunen y cojan carteras, preparadas ya la noche anterior, en un arrebato de
que cada uno es responsable de sus cosas. Si celebramos que cogemos el coche,
con un tráfico leonino, y acompañamos a los peques al cole, aparcamos y vamos
corriendo a hacer media hora de cinta en el gimnasio para que no se diga que he
perdido el ritmo, ese que todavía no he cogido desde Navidad con una excusa u
otra cada semana, y después duchada, pintada y arreglada a hacer la primera
reunión de trabajo, y así empalmando hasta las 8 de la noche, acumulando mails
a punta pala, y cada vez resoplando porque no sé cómo estirar el día, que
debería tener, en mi caso 48 horas.
Además soy afortunada si puedo
salir a las 20h , porque muchas semanas hay presentaciones o cocteles de
trabajo, a los que no se puede faltar porque siempre son clientes importantes,
y ese día lo llamo “modo “POST-IT”: sólo
me queda ponerlo grande y amarillo en la nevera con órdenes claras: “Hoy
llegare tarde, por favor pon la lavadora y tiéndela”, (hemos de decirlo todo), y
para cenar está la verdura ya hervida, y sólo hay que hacer el pollo a la
plancha”. Si esto es lo que hemos de celebrar, apaga y vámonos. Propongo que el
día de la mujer sea aquel en que podamos sentirnos útiles, como cada día, pero
también darnos esos placeres a los que no llegamos nunca porque priorizamos
siempre a los demás.
Así que propongo celebrar el día
de las mujeres de otra manera, porque somos malabaristas cada día en una
sociedad donde todavía falta mucho por hacer, pero sin embargo la mayoría lo
hacemos todavía con una sonrisa, y levantándonos cantando I WILL SURVIVE, como
mínimo. Pero todavía nos queda marcha para bailar un poco y decir: ¡Vamos a por
ello! Felicidades chicas, somos campeonas cada día de esta maratón que es la
vida.
lunes, 7 de marzo de 2016
Otra vez Murphy se mete en mi vida
Hace sol, un buen día, y
estaba preparada para un fantástico fin de semana donde todo cuadraba bien.
Podía depilarme y hacerme tratamiento anticelulítico, ya se acerca el verano y
cuantos más meses tenga por delante mejor. Partido de pádel familiar por la
mañana y torneo de pádel por la tarde para divertirnos, reír y olvidar, y todo
encajaba porque mis padres nos ayudaban con los niños, pero (siempre está el
famoso pero) mi madre cogió la gripe terrorífica, sí, la que está atacando a
media Barcelona, y la pobre se tuvo que quedar en cama sin ánimo de nada, y mi
padre, tuvo urgencia bucal y también quedó traspuesto, así que cambio de chip,
cambio de planes, y mi cabeza como una moto de carreras porque reorganizar el tetris no fue nada fácil.
Por minutos me iba poniendo
nerviosa y me parecía cada vez más a la novia de Chucky, con la cabeza como un
molinillo de café dando mil vueltas. Todo salía mal, recordad la semana pasada
que no hubo semana blanca sino negra, y ahora el finde también del revés. Estaba en el trabajo y no podía
concentrarme pensando en cómo reorganizarme, hasta que me planté y dije ¡BASTA!
Todo no se puede tener tan controlado ni tan planificado, así que dejé fluir, y
al final sin agobios ni pelos de punta, las piezas fueron encajando de otra
manera, pero encajaron, y el fin de semana no fue como estaba previsto pero ha
estado muy bien, quizás si dejase de ser tan rematadamente organizadora, la
vida sería algo más desordenada pero con más sorpresas, que primero te dejan KO
pero después acabas bailando zumba en la playa porque has ganado el torneo, eso
sí con pelos, a lo Oso Yogui, porque la depilación no pude salvarla, pero bien
pensado, todavía es invierno y ahora nadie se fija en eso. La semana que viene
saldrán todos mejor porque serán más largos. Así que a mirar la vida desde el
lado positivo. Peluda y con celulitis, al menos por el momento, pero con prueba
superada otra vez.
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